Así son tus clientes.
Sí, aunque vistan Zara, miren Antena 3 y conduzcan un Dacia. En el fondo de esa camisa a rayas hay un tipo distinto. Alguien a quien le gusta ir a pescar carpas al río y ver películas del Oeste con chistes inapropiados cuando nadie le mira.
No subestimes a ese tío. Ni tampoco que haya cientos de ellos. Si algo trajo la era industrial es que nos tuvimos que conformar con ser masa. Con comprar productos comunes a empresas comunes. Eso provocó que la gente no pudiera ser distinta y pareciese común.
Hoy eso trae miles de oportunidades, porque el cliente de hoy (tú y yo incluidos) nos podemos permitir ser raros.
No queremos ser uno más. Tampoco que nos hablen como a un rebaño, a nadie le pone ser como los demás. No tengas un mensaje común.
Explota las rarezas del mercado. A la hora de la verdad nadie se va a pelear por ser normal, pero sí por aquello que le hace único. Aquello que le hace único le define más que todo lo que le hace normal.
Si quieres conocer a alguien (de verdad) no le preguntes por lo que hace como todos, sino por lo que nadie hace como él. Ahí llegarás profundo.
Y no es que ahora seamos más raros, es que ahora la gente puede serlo. Ayúdales.