He escrito una newsletter diaria durante 381 días. Esto he aprendido

La newsletter diaria está que lo peta. Tras un tiempo donde todo lo que oliese a email marketing parecía campo, ahora, se ha vuelto mainstream.

Si estás pensando en sacar una o dudas sobre si deberías mantener la que tienes, en este artículo te cuento mi experiencia, mis conclusiones e ideas para que luego tú saques las tuyas.

También tienes el episodio dedicado en el podcast:

¿Listos?

Vamos pues.

Contents

Por qué saqué una NL diaria

Después de un momento donde di las redes sociales por pérdidas y secuestradas por su algoritmo cabrón, empecé a suscribirme a algunas newsletter. Una de ellas fue la de Isra Bravo, que llevaba un tiempo llamándome la atención. Quería ver si eran para mi.

Isra contaba que cuando estás presente en la bandeja de una persona a diario, aumentas las probabilidades de venta. Y para que alguien te permita estar en su bandeja tienes que hacer lo mismo que hacen en la radio.

Una parte del mail será contenido (como las noticias) y otra será como una cuña publicitaria (es decir, tu producto/servicio).

En la parte de contenido es donde entra el famoso storytelling donde el autor cuenta anécdotas, historias y curiosidades para luego relacionarlas con lo que vende.

Seducido por el reto creativo de escribir a diario y por los buenos presagios de Isra, me lancé al ruedo.

Los duros inicios de una newsletter vacía

No es ningún secreto. Si sacas un mail diario y no tienes una audiencia previa, no hay cola para leerte.

Saqué mi newsletter para hablar de algo que llevaba tiempo trabajando: sistemas y hábitos en un negocio. Huí todo lo que pude de la palabra productividad, pero entre tú y yo, si tenemos que encajar mi contenido del principio en una categoría…productividad quedaría bastante bien.

Para hacerla crecer creé un pequeño ebook relacionado con el tema y le di pasta a facebook para que lo rulase por ahí.

El primer mes no estuvo nada mal. El suscriptor me salía por menos de 1 € y las aperturas eran bastante buenas.

Eso sí, escribir se me atragantaba.

Era Mayo de 2020 y ya hacía calor, así que intenté suavizar el mal trago poniéndome en una hamaca y hacer de nómada digital mientras me salían las palabras.

Con el paso de los días las historias me salían más fácil y empecé a darme cuenta de que tenía más anécdotas en mi cabeza de las que pensaba.

Recordé batallitas de mi erasmus, amores de verano e historias de negocios que había fracasado. Hubo picos de disfrute, aunque también de frustración.

Además, antes de lanzar, había preparado un curso de sistemas y hábitos para así tener una motivación económica en cada mail y empezar a monetizar mi newsletter.

Aún así, los 2 primeros meses no era fácil de tragar el escribir exclusivamente para unas 50 personas y que quizá solo me abriesen un tercio de ellas. Pero había que moverse.

El resultadismo de las newsletters de venta

Como te decía, saqué antes un producto porque quería estar motivado para escribir y enlazar mis historias con mi cuña de radio. Pero nadie me dijo esto.

Si quieres montar una newsletter y vas a vender con ella, aquí tienes el primer gran peligro.

Si el protagonista de tus mails siempre es el producto que viene al final y la historia está condicionada a esa parte de venta, tienes un problema. Es probable que el contenido te salga bien unos días, pero muchos otros vas a quedar muy del rollo dónde vas, patatas traigo. En castellano fácil: no vas a poder casar una cosa con la otra.

Es como si un programa de radio estuviera condicionado por los anuncios que vienen después. Sonaría raro que Carlos Herrera hablara de garbanzos en lugar de dar leña al presidente.

Por esto muchas newsletter diarias no gustan. Porque son una forma encubierta de venta en lugar de contenido con una mención puntual a la venta.

No estoy diciendo que no se pueda vender por mail. Pero es MUY diferente basar tu newsletter en contenido y mencionar lo que vendes, a crear contenido que SOLO refuerce tu argumento de ventas.

Muy diferente.

En mi caso, intentaba hacer la mejor historia posible y dar entretenimiento en mis mails. Pero a medida que intentaba acentuar más la parte de ventas, el contenido quedaba condicionado y encasquetado en una “moraleja-venta” ya pre definida.

En cambio, cuando me soltaba y contaba una anécdota que tenía ganas de contar y luego resultaba que tenía relación con el producto… todo salía más natural y las ventas lo agradecían.

Si montas una newsletter, te desaconsejo que lo hagas solo para darle bombo a tus productos. Joderás el contenido antes de empezarlo y sin contenido… las cuñas no se escuchan.

Escribiendo 381 días

¿Y cómo lo haces para no fallar?

Lo primero es tatuarte el beneficio personal de escribir a diario (incluso si no vendes).

Cuando escribes, te acostumbras a ordenar ideas y eso es bueno para cualquier ser humano. Te habitúas a estar en contacto contigo mismo y a transformar pensamientos en palabras. Te haces bueno en hilar historias y también en conectar ideas y conclusiones.

Cuando ves claro que quieres aprender esa habilidad de cuenta historias haces todo lo posible para mantener el hábito. Como cuando vas al gym y quieres ganar fuerza. Nos gusta vernos mejorar.

También ayudó que fui previsor con mis mails. Siempre tenía varios correos en borrador listos para darles la chapa y pintura final y enviarlos cuando no tenía tiempo.

Si un domingo me negaba a ponerme a escribir, el viernes ya había escrito el mail para ese día.

Pero te diré algo, sino tienes claros tus objetivos con la NL, no la vas a mantener. Hay demasiados domingos por la mañana donde no apetece enviar nada. O demasiados días donde no sale ni una palabra. Solo la fuerza bruta, objetivos claros y mucha voluntad consiguen sacar el email esos días.

La droga de las aperturas

Quien me conoce sabe que cuando me había llevado 2 horas escribir un mail y tenía pocas aperturas, mi cabreo era importante.

Es inevitable.

Si escribes a diario te vas a quemar si lo abre poca gente, porque ese contenido no es “reutilizable”. Bueno, podrías meterlo en un blog pero ahí ya te sale más a cuenta meterle otro formato.

Por eso uno de los primeros consejos que quiero darte es que sino tienes una gran audiencia (>2000 suscriptores), no escribas a diario en una newsletter.

Estarás trabajando mucho para una audiencia reducida, ocupando mucho tiempo de tu día (mínimo 30 minutos al día) y sin disfrutar del potencial alcance de otros contenidos: blog, youtube, redes sociales… Por no hablar de que le vas a dar excesiva importancia a la analítica.

E incluso si tienes una audiencia, pasa de las aperturas y las estadísticas. Te condicionarán y te harán más payaso que artista.

Disfrutando de escribir y del grupo de whatsapp solitario

Aquí te dejo dos ideas más.

Cuanto más escribas por gusto, mejor contenido harás y más venderás. Aprende a escribir por el mero placer de hacerlo.

Los mejores mails de los 381 salieron cuando me daba una idea-fogonazo en la calle y la apuntaba en mi grupo de whatsapp “ideas”. Si te pones en modo cuenta historias encontrarás ideas en todas partes. Ponte fácil apuntarlas y que no se te olviden. Las que surgen espontáneas serán tu mejor contenido.

Y repito: disfruta. Los brasileños no son los mejores en fútbol por talento, sino porque aman el juego. Escribe por ese instante de placer de releerte y sentirte a gusto con lo que has escrito. Solo así lo harás a diario.

Pero sobretodo, no pierdas la congruencia contigo.

De Newsletter diaria a resumen semanal

En Junio de 2021 decidí que era el momento de hacer un parón. Y te voy a contar por qué pasé de mandar un mail diario a hacerlo semanal y sin ningún enlace de venta.

Estaba escribiendo el mail del 14 de Junio y a mi teclado le dió por hablar de creatividad. Llevaba unos meses leyendo sobre el tema y me apetecía poner mi granito de arena para contar el proceso creativo.

Como dije en el análisis de Si quieres escribir, todos tenemos nuestra forma de contar una misma idea, mi objetivo era hacerlo con la creatividad.

Pero entonces me di cuenta de algo.

Era la primera vez donde el CONTENIDO era el protagonista en mi NL y no sabía cómo enfocarlo.

Si hacía un super mail con todos los pasos del proceso creativo, me quedaría demasiado largo y tosco de leer en un mail sin formato.

Si lo dividía en dos, despistaría a la audiencia.

Y sobretodo, si me salía un buen email solo quedaría entre mis suscriptores, sin la posibilidad de que llegase a mucha más gente.

Y algo hizo click.

Estaba invirtiendo muchas horas en un contenido con alcance limitado. Si a partir de ahora el contenido iba first, no podía hacerlo en una newsletter diaria. Tenía que buscar otros formatos.

Fue así como nació el Blog, el Podcast de Pensamientos de Marketing y otros contenidos que cuelgo en redes.

Tras unas semanas de parón, decidí enviar a mi newsletter un solo email a la semana con algunos aprendizajes de la misma y con un listado del contenido publicado.

Si quería ser congruente y que el contenido fuera first esto era el paso correcto.

(En otro post explicaré al detalle por qué hice el cambio de rumbo a una estrategia de contenidos, pero de momento quédate con esto: el contenido siempre debe estar al servicio de la venta, no al reves.)

Y por último, la gran pregunta.

¿Deberías sacar una newsletter diaria?

Si tienes una audiencia a considerar (>2000 suscriptores) puede ser una buena opción, aunque no la única. Si se te da bien escribir (o al menos te gusta) aprenderás muchísimo de teclear a diario. Ordenarás ideas, te obligarás a aprender más para luego contarlo y entrenarás tu fuerza de voluntad para escribir a diario en tu newsletter.

Pero en mi opinión nada de esto servirá si te saltas algo imprescindible.

Generosidad

Si tu newsletter se basa en solo vender, la relación que formes con tu audiencia será de corto alcance.

Algunos te comprarán, pero personalmente no es la forma que creo que te interese que te compren. Las newsletter pensadas para «persuadir» sacrifican el largo plazo por las ventas de ahora. Para mi es mucho mejor (y hablo desde la experiencia) que sea el cliente quien decida comprarte a que lo persuadas (o fuerces) para una compra.

¿Acaso hay algo más persuasivo que mostrar lo que sabes mediante contenido?

Piénsalo.

No me extiendo aquí porque ya sacaré un artículo sobre el tema.

Si eres generoso la relación con tu lista será otra. Da más y recibirás más, aunque lo primero y lo segundo no coincidan en el tiempo.

Y si tienes pocos suscriptores…

Yo tiraría por otros canales. Con un Blog tienes más potencial alcance que una newsletter. Un artículo puede viralizarse, mientras un email… es bastante más difícil.

Si escribes y te lo trabajas, un blog es más agradecido y te ayudará a crear suficiente audiencia como para que una newsletter tenga más sentido. Por no hablar de que si haces algo de SEO también cogerás tráfico de Google.

Ahora, si te decides a montarla te aseguro que será una experiencia. Sobretodo mejorarás tu escritura, tu creatividad y tu habilidad para contar historias.

Así que…

A partir de aquí la elección es tuya.

En base a tus objetivos, tu tiempo y también tu audiencia puedes elegir un canal u otro. Si te compensa, adelante.

Pero después de 381 mails mi consejo es que no lo veas solo como un canal de venta, sino como un medio un poco más personal. Donde la gente que te sigue pueda encontrar tu lado más cercano y directo. Busca conectar en lugar de vender, y todo irá mejor.

Eso es todo.

Hasta el próximo.