Cuanto más bueno es el fondo y la causa de una empresa, más efectivo es su marketing.
Está claro que una empresa está aquí para ganar dinero, pero si solo va de eso, algo falla.
Todos los productos (quitando de innovaciones que pronto serán copiadas y masificadas) son commodities. Son comunes, comparables y desechables. Si solo vendemos el QUÉ de lo que damos, nuestra marca es sustituible y frágil.
Es cuando vamos más allá, cuando hay una causa legítima detrás de esa empresa y el producto es solo el medio hacia un fin, es cuando los clientes crean una relación con esa empresa.
Ya no es solo «Yo compro este producto porque lo necesito» es «Lo compro porque esto dice algo (bueno) de mi».