Quizá el anuncio con menos palabras que más dice de la historia.
No solo sobre BMW, que no importa tanto, sino de sus clientes, del status que les da pertenecer a su marca.
El mérito no está en el anuncio, ni tampoco tanto en la creatividad (que por cierto es genial), sino en haber construido una marca con la que tenga sentido un mensaje así.
La moda de la comunicación de hoy día se centra en persuadir, convencer, olvidando que el activo más grande de una empresa es su marca.
Es poder definir en una palabra lo que tus clientes sienten y que estos te crean y te compren el mensaje.
Por eso es importante tener muy claro el POR QUÉ de tu empresa. La visión que tienen para el mundo, porque de ahí nace todo lo demás: la voz, la legitimidad de los mensajes comerciales, los anuncios…
Solemos empezar la casa por el tejado: redes, webinars, web, publicidad… Olvidando que toda comunicación debe nacer del mismo sitio: de una causa, de un motivo por el que existe tu empresa más allá de ganar dinero.
Y si se hace bien, con criterio, de forma profesional, un día puedes hacer anuncios de una palabra.