¿De dónde salen las ideas diferentes?
Si alguna vez has querido tener mejores ideas, este comentario del libro de Edward de Bono, es para ti.
Vamos a meternos en las profundidades de su obra El pensamiento lateral para ver su aplicación práctica con 5 simples y potentes técnicas que nos propone el autor.
Te dejo también el episodio del podcast dedicado al libro:
Allá vamos.
Contents
Una definición de ir por casa
Edward de Bono define el pensamiento lateral de muchas formas. Pero la que más me ha gustado ha sido esta:
Y perspicacia significa…
Mira que a Edward le gusta enrollarse pero aquí en MUY poco espacio nos dice mucho.
El pensamiento lateral significa desafiar los caminos comunes para descubrir los caminos alternativos por los que casi nadie pasa. Y nadie pasa porque no nos paramos a considerarlos, los descartamos antes por nuestra forma «lógica» de pensar.
Como nos dice más adelante:
El pensamiento lateral tiene varias características, así que te las resumo en una breve lista:
- El pensamiento lateral no juzga las ideas que surgen de sus técnicas (luego las veremos). Sino que las crea y las deja para que luego nuestra lógica las valore. Pospone el juicio.
- El pensamiento lateral no se centra en encontrar soluciones. Sino en crear el “movimiento” hacia ideas mejores. Quizá la idea B no es buena, pero nos lleva a una idea C que es maravillosa. El objetivo es abrir la mente.
- El objetivo del pensamiento lateral es agitar la forma en la que vemos las cosas para luego “ordenarlas” y que tengan una nueva forma. Nos ayuda a evitar pensar como todo el mundo.
El pensamiento lateral y la creatividad
Para entender el valor del pensamiento lateral hay que entender cómo funciona la mente.
Lo que cuenta de Bono es que vamos por el mundo con unos “moldes” sobre lo que vemos.
- Si tiene respaldo y 4 patas, es una silla o un sillón.
- Si es alargado, acolchado y con respaldo, es un sofá.
- Si sirve para escribir sobre él, es blanco y con anillas, es un cuaderno.
Nuestra mente nos facilita el mundo encajando lo que vemos y lo que pensamos en categorías. Esto está muy bien porque nos permite simplificar e identificar un mundo que se nos haría complejo si viéramos todas sus variables.
Pero para ser creativos y encontrar soluciones no nos sirven esos moldes. Hay que romperlos.
Imagina que tienes 9 cubos que forman un cuadrado y los cubos están tan pegados entre ellos que no puedes crear otra forma que no sea un cuadrado. El trabajo del pensamiento lateral es romper esa unión para que puedas crear otras figuras.
Así podemos abrirnos a ideas nuevas, y si hay suerte y constancia, mejores.
Con esto claro, vamos a la práctica.
Técnica 1: El por qué
¿Por qué los aviones tienen 2 alas?
¿Por qué los ordenadores son de plástico y no de madera?
¿Por qué una silla tiene 4 patas?
Este es sencillo, pero para mi es de los más potentes.
¿Por qué una mesa tiene cuatro patas?
– Porque así es más estable.
¿Por qué tiene que ser estable?
– Para que podamos poner cosas encima.
¿Y con 3 patas no sería suficiente?
Y así nacen las alternativas a lo que conocemos.
Quizá sin ese por qué jamás tendríamos coches que van con electricidad.
Un ejemplo.
Una vez Elon Musk tenía que comprar cohetes para su próxima gran empresa: SpaceX. Así que empezó a investigar el mercado.
Pronto se dió cuenta que incluso los cohetes de segunda mano era bastante caros, así que se preguntó por qué. Para buscar soluciones dividió todas las partes del cohete y fue evaluando fase por fase de la construcción para descubrir qué era lo que encarecía el producto: materiales, mano de obra…
Empezó a pensar el cohete desde 0 para quitar todo lo que él no necesitaba y abaratar el coste. En ese por qué se escondían ideas preconcebidas que Musk rompió para crear algo nuevo.
Cuando vamos al porque, nos permitimos volver a montar el puzzle de las cosas y mejorarlas.
Técnica 2: cuestionar la idea dominante
Expliquémonos.
Imagina que te han pedido que inventes un robot para recolectar manzanas de forma rápida y efectiva.
¿Qué imágenes te vienen a la cabeza? ¿Qué posibilidades?
Si haces un listado te darás cuenta de que hay alguna idea que das por supuesta. Es decir, todas las alternativas que has creado dan por hecho algo y ese algo está influyendo en la lluvia de ideas.
En el caso de la recogida de manzanas quizá la idea dominante es que el robot debe coger/agarrar las manzanas.
¿Y por qué no agitar el árbol o las ramas?
¿Y por qué no cortar las ramas llenas de manzanas para que luego el robot las separe?
¿Qué pasaría si ese anuncio renunciase a tener un copy trabajado?
¿Qué pasaría si renunciase a este mercado?
¿Qué pasaría si renunciase al SEO?
Detecta la idea dominante y cuestiónala hasta dejarla bien agitada (y renovada).
Técnica 3: Estímulo al azar
La mente categoriza los conceptos en grupos.
Si te hablo de manzanas es probable que árbol y naranjas estén muy cerca. Si te hablo de Ikea, quizá piensas en sillas, sofás y laberintos
Si piensas en una solución para vender más, casi siempre te vendrán las mismas ideas relacionadas: posicionamiento, marketing de contenidos, campaña, anuncio, redes sociales…
Y esos conceptos te llevan a las mismas soluciones de siempre.
Lo que propone el bueno de Edward aquí es que cojas un diccionario y elijas un número aleatorio. Abre ahora una página al azar y cuenta las palabras hasta llegar al número que habías elegido.
Ya tienes algo nuevo con lo que trabajar.
Si estabas buscando una forma de vender más ya tienes un estímulo al que jamás hubieras llegado con el que casar nuevas ideas.
Quizá piensas en cómo se venden las zanahorias y eso te da una idea. Quizá estás vendiendo tu producto en bolsas y piensas… ¿Y si lo vendo a granel?
Quizá piensas en su color naranja y dices… ¿Y si el packaging fuera naranja? Nadie tiene ese color en el sector.
Quizá piensas en su forma y dices… ¿Buah y un ratón con esa forma?
Dirás muchas tonterías, pero te abrirá la mente. El pensamiento lateral no va de EUREKAS, va de moverse hacia zonas más creativas donde por probabilidad hay mejores soluciones.
Elige otra palabra y vuelve a empezar. Relaciona tu problema con una palabra azarosa y abre tu mente a ese nuevo estímulo. No te saltes las palabras que no te gusten, haz el esfuerzo y lo agradecerás.
Técnica 4: Rompe-categorías
Te decía al principio que solemos encasquetar todo en categorías. Todo lo que es similar a una silla… es una silla. Todo lo que se parece a una naranja… es una naranja.
Mis abuelos siempre discuten a ver si la raza de grano de oro (con un sabor totalmente dulce y nada ácido) es una naranja o no. Tiene la forma y el aspecto de naranja, pero el sabor no tiene nada que ver.
Cuando categorizamos lo que creamos es como si le pusiéramos un corsé a esa idea. Le atribuimos las cualidades de la categoría en la que la hemos encasillado.
Edward de Bono nos anima a que al buscar soluciones no categoricemos.
Ese anuncio no es de branding ni de respuesta directa, es OTRA cosa. Ponle un nombre distinto. Crea una nueva categoria. Llámalo anuncie si me apuras. Agita su categoría para que no puedas atribuirle cualidades antes de hora.
Esto es como los cohetes de Elon Musk. Cuando quiso crearlos no cayó en el “modelo” de cohetes que había, lo creó de nuevo. Lo reinventó.
Técnica 5: PO
La favorita del autor y quizá también la tuya.
El mayor defecto de nuestro pensamiento lógico es que juzgamos pronto y hacemos que nuestro cerebro se mantenga en un nivel bajo de creatividad.
Es como aquel amigo que propone una idea distinta y enseguida le decimos: vaya tontería, eso no va a funcionar. Y claro, normal que se calla y deje de imaginar.
A nuestro cerebro le pasa igual.
PO un avión sin alas.
PO una pizarra lila.
PO una agenda sin días.
PO un cuadro sin marco.
¿Lo ves?
PO nos mueve hacia lugares donde pueden surgir buenas ideas porque nos hace plantearnos si los “supuestos” son válidos.
Quizá una pizarra lila es un producto ideal para artistas o para la gente que le guste el lila. Quizá una agenda sin días nos permite crearla de una forma muy minimalista y ahorrar mucho espacio.
Quizá un avión sin alas nos permite dar con un nuevo modelo de avión.
Quizá los cuadros sin marcos nos ayudan a ahorrar espacio en la pared.
PO significa: me doy permiso para decir las locuras que me pasen por la cabeza sin juzgarlas ni juzgarme.
Conclusiones finales
Este libro es maravilloso porque nos da las herramientas concretas para sacarle partido.
Quién sabe si con una de estas técnicas consigues reinventar tu industria. O tener una idea brutal para ese cliente tuyo. Quizá te sirve para planificar unas vacaciones que jamás olvidarás o una boda distinta a las demás.
El pensamiento lateral nos descubre todo aquello que no miramos y que hemos descartado. Nos descubre ideas-tesoro que muchos no se atreverán ni a tener y nos da técnicas de sobra para pasárnoslo pipa siendo creativos.
Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo.
Hasta la próxima.