Bendito atrevimiento.
El otro día escribí por aquí el artículo sobre Un Curriculum diferente y tras acabarlo pensé: maldita sea, si es que esto se puede aplicar a todo.
Agarré el teclado y mandé una newsletter sobre lo que pensaba y algo así salió:
Siempre he pensado que vamos dejando nuestra huella por el mundo a nivel personal, pero sobretodo (y es lo que nos interesa aquí) a nivel profesional.
Cuando vamos al instituto nos moldean para que seamos iguales a los demás. Tenemos que hacer las mismas asignaturas, sentarnos en orden y no salirnos de las líneas al pintar. Y así llegamos a la adultez todavía con miedo a salirnos de la raya, a sobresalir.
Este miedo se transforma en que esa huella ÚNICA y auténtica que podríamos dejar en nuestro trabajo, nuestro negocio, en nuestro legado (si me pongo muy romántico) acabé siendo sosa y sobretodo, poco útil para los demás.
¿Y por qué?
Porque ser una copia es fácil y cómodo. Sobresalir es lo contrario: difícil e incómodo. Nuestro problema es que solemos pensar que no seremos capaces de hacerlo. Buscamos atajos e intentamos imitar el atrevimiento de otros… Pero adivina, el atrevimiento de otros NO es nuestro atrevimiento.
Por eso, cuando alguien lo hace de verdad, sobresale. Y no hace falta ser Superman ni Capitana América. Basta echarle un par y salpimentarlo con sentido común.
Contents
Algunos ejemplos
Cuando trabajaba en un banco tuve como “profesora” a una compañera que había sido becaria como yo y me fijé en su capacidad de liderazgo.
Era una chica que no se arrugaba cuando venían mal dadas y que no se permitía no marcar la diferencia.
Una vez un cliente nos la lió bastante en la oficina porque quiso entrar cuando ya habíamos cerrado y fue esta compañera, con apenas un año de experiencia, quien marcó los límites con aquel mal cliente. Le plantó cara cuando aporreaba la puerta y dialogó con él. Todo delante del asombro de sus jefes.
Cuando alzamos la voz, cuando nos salimos del camino «correcto» somos capaces de destacar en nuestro entorno. Lo contrario nos condena al anonimato y al nulo progreso. Y esto pasa porque precísamente ese entorno es de plena competencia. Sino te atreves tú, lo hará otro.
En caso contrario, ¿por qué nos iban a elegir a nosotros (jefes o clientes) para una mejor posición? ¿Qué razones reales les estaríamos dando?
Tengo otro amigo que trabaja como profesor y desde el primer día ha liderado cambios dentro de su departamento.
Empezó cargándose las clases 100% teóricas y ha introducido unos tests en directo para que cada alumno ponga a prueba lo que ha aprendido ese día. Ha convertido algo aburrido en un juego. Los alumnos le respetan y gracias a él tienen una experiencia de aprendizaje totalmente diferente.
¿A quién escogerías como profesor si fueras alumno?
Cuando nos abandonamos a ser normales, estamos perdiendo un tren.
Ayer hablaba con una amiga que está en el mundo del cine y me dijo que lleva tiempo planeando con un compañero sacar un podcast sobre Arte en el cine. Quieren hacer algo diferente.
El cine es un mundo competido y difícil. Pero… ¿quién tendrá más oportunidades? ¿Quién se exponga y hable en un micrófono o quien se esconda y espere un mejor trabajo del cielo?
Desde que todos podemos grabar, escribir y mostrar lo que sabemos al mundo, esconderse ha dejado de ser una opción atractiva. Si es que algún día lo fue.
Pues no se trata de llamar la atención porque sí. Sino porque creemos que tenemos algo que aportar. No es un acto de protagonismo barato, sino algo generoso que tenemos que dar a ese mercado.
Mi amigo profesor había sufrido durante años clases aburridas y quiso proponer un cambio.
Mi amiga ya escuchaba podcast sobre cine y arte pero decía que eran demasiado largos y aburridos. Quiere proponer algo fresco.
Mi ex compañera del banco no quería que ningún cliente se sobrepasase en su presencia, ya había tenido clientes poco ejemplares.
Sé que esta reflexión no es para todo el mundo, pero sé que será motivadora para unos pocos y eso me vale. En el fondo da igual si emprendes o no. Si tienes un trabajo o lo buscas. Las oportunidades de marcar la diferencia están ahí cada día y hoy he querido recordártelo.
Nadie le pedirá a mi amiga que haga un podcast sobre arte y cine.
Nadie pedía a mi ex compañera del banco que gestionase esa crisis con el cliente.
Nadie exigía a mi amigo profesor el innovar dentro del aula.
¿Y si da miedo?
Cuando tenemos miedo al atrevimiento es porque no tenemos el miedo suficiente a ser unos sosos (y sus consecuencias). Sino consideramos los peligros de quedarnos en ser «normales», siempre estaremos con las manos atadas por el miedo.
Pero es que vivimos en una época donde esconderse ya no es una opción atractiva. Ya no basta con ser buenos, hay que contarle al mundo lo que podemos aportar y hacerlo.
Cuando acabé ADE sabía que no tenía ningún futuro garantizado. Cada año había una hornada enorme de más como yo, con el mismo título y el mismo pergamino firmado por el rey.
El atrevimiento requiere incomodidad.
Casi cada episodio del podcast ha necesitado más de un intento. No es cómodo hablar en un micro al igual que tampoco lo es hacer clases diferentes.
Pero es que en la incomodidad (y en soportarla) está el crecimiento. Están las oportunidades. Están los trabajos mejores. Está un futuro mejor.
Hacerlo a pesar del miedo es la mejor receta que conozco.
Mira tu trabajo, tu mercado, tu negocio…
¿Dónde te está faltando atrevimiento?
¿Dónde vendría bien que lo agitaras?
¿Dónde serías útil y te lo agradecerían?
¿Y si no tengo nada que aportar?
Te respondo con una pregunta:
¿Seguro? ¿Cómo lo sabes?
¿Cómo sabes que no puedes aportar algo diferente a los demás?
¿Acaso no has tenido experiencias diferentes? ¿Acaso no tienes tu propia opinión y criterio sobre las cosas?
A veces apagamos esa voz porque de pequeños nos han obligado a pintar dentro de las líneas. Pero si rascas, si buscas, si quieres encontrarla, la encontrarás. Cada persona es única y sabe perfectamente qué es lo que ella haría diferente.
Y no hablo de hablar de algo sino tenemos idea. Aunque incluso ahí podríamos crear algo valioso.
El Mundo Today ha creado todo un portal sobre noticias falsas y de humor. Se han atrevido a hacerlo.
Si la cagas, mejorarás. Si la cagas, puedes explicar por qué la cagaste. Si la cagas, puedes hacer humor sobre la cagada. Si la cagas, habrás crecido. Si la cagas, habrás sido valiente. Si la cagas, habrás adelantado a quienes no se atrevieron.
Es mucho más peligroso quedarse en la nada que empezar a andar. Andando se aprende, estando en la nada no se crece.
Hasta aquí la reflexión de hoy.
Ojalá te ayude a atreverte.
Un abrazo.
Lluís